26.6.08

Meggie tiene razón


Meggie está preocupada, y con razón. Como dejó claro en el comentario al post de Jorge acá abajo, su sensación es que bajo la mirada crítica que los periodistas tenemos sobre las agencias consultoras y profesionales de las RRPP queda sepultado todo lo bueno que ellos hacen. Y es verdad.
Lo que se lee entre líneas detrás de su planteo, es que así como hay periodistas buenos y de los otros, también hay mucho que hacer por la profesionalización de las RRPP en el país y en el sector de las TIC. El problema es que en la generalización todos los palos van a parar a la misma bolsa.

Hay muchas cosas para destacar:

-No todas las consultoras de prensa seducen clientes con el argumento de que hacer prensa es mas barato y efectivo que invertir en publicidad y que cuántas mas gacetillas mande por email mayores posibilidades de publicación tendrá. Las más profesionalizadas les demuestran a su cliente que las consecuencias de una buena estrategia de relaciones públicas pasa por comunicar lo importante y tiene un alcance mucho mayor, que redunda en beneficios para su competitividad, su imagen, y posicionamiento, además de ayudarle a generar más y mejores negocios.

-Muchos profesionales de RRPP hacen un culto de su relación con los periodistas y sus medios, pese a que no es ese el único aspecto de su trabajo. A diferencia de los que no lo son, la relación no se limita al envío de gacetillas, convocatorias a reuniones de prensa y propuestas de entrevistas 1 a 1 para hablar sobre el producto mas reciente. En esa ida y vuelta también se preocupan por leer el medio, conocer su línea editorial y seguir la trayectoria de los periodistas: A menudo son proactivos en proponer ideas para notas, en las que generosamente involucran fuentes que no son únicamente clientes suyos, entre otras cosas.

-Los profesionales de las relaciones públicas no intentan engañar al periodista ocultándole información. Porque, hay que decirlo, también están los que creen que “vale todo”, y ofrecen falsas exclusividades, reenvían comunicados como nuevos, o mandan anuncios después de haber realizado notas en otros medios o sin avisar de que al día siguiente habrá una campaña masiva de publicidad en diarios y vía pública.

-“Anotate ya mi celular y mi chat y cualquier cosa me avisás”. Cada vez escucho con más agrado esta frase de ejecutivos y directores, que sabiendo mis días y horas de cierre se ponen generosamente a disposición por cualquier cosa. Esto demuestra que hay una diferencia entre un profesional de las RRPP que entiende su trabajo como un servicio (y que el mío también lo es) y un “telemarketer” de prensa que a las 17.30 hs. apaga la PC, el celu y se va a su casa, justo cuando estoy en medio del cierre y necesito ese dato clave.

La lista sobre buenas prácticas es larga. Una definición que me cae bien es cuándo se dice de un jugador de fútbol que “supo entender el partido”. Creo que la primera vez se lo escuché decir a Maradona de Valdano allá por el ’86. Pero de los que vi jugar en una cancha nadie como el Pepe Basualdo en el Vélez de Bianchi sabía leer el juego, como si estuviera medio metro elevado sobre la cancha y tuviera visión panorámica para encontrar siempre al compañero mejor ubicado de cara al gol.
Llevado a la práctica de las RRPP, entender y atender las necesidades de cada medio o periodista es lo que distingue a un profesional. No siempre los periodistas estamos a la altura de las circunstancias, pero eso es algo que se puede mejorar trabajando juntos.

6 comentarios:

Cynega dijo...

Los felicito por el blog y la iniciativa.
¡Saludos!
www.cynega.com.ar

Lucas dijo...

Hola, muy bueno el blog!

Me quedo con la frase de Ignacio en el comentario anterior: "para difundir lo tuyo tenés que establecer una relación con el periodista, que sea útil para ambos y también amistosa en lo posible."

El problema es que, en muchas ocasiones, nuestras profesiones son incompatibles, hasta antagónicas: ellos quieren (necesitan...) que difundamos algo que no es publicable, interesante, divertido, nada.

La verdad es que el 90% de las gacetillas que recibo, son un completo desastre. (esta no es una embestida contra prenseros o agencias de comunicación...siendo equitativo hay que decir que el 90% de los colegas en otros medios también son un desastre :P).

Personalmente, lo que a mí me causa bastante gracia son las gacetillas súper grandilocuentes, aquellas que arrancan contando que la empresa es la más grande del mundo, en el medio ponen que este producto va a cambiar la historia universal, y finalizan con una biografía empresarial.

El problema, me parece, es que a los clientes les gusta eso. A ellos les parece bien que escribas una gacetilla contando que son los Maradona del mundo empresarial. ¿Pero esos elogios salen en algún lado? Digo, si la info es mala, el mail se borra. Si la info es buena, hay que editar, borrar, y retocar, para que quede algo decente.

Saludos!

Lucas

Meggie dijo...

Bueno, que bueno conocer y leer acerca de lo que sí les parece que se hace bien y entender mejor como se puede mejorar nuestro trabajo! Sirve realmente mucho para nosotros conocer cuales son para uds las buenas prácticas para intentar implementarlas cada vez más. Y aunque de futbol mucho no entiendo creo que igual queda claro qué es lo que tiene valor a la hora de hacer un buen trabajo.

meggie

Anónimo dijo...

No me parece que el foco del periodismo tecnológico deba estar en ver cómo hacer para que las agencias de prensa sean mejores. Reconozco la molestia que a veces las gacetillas generan, pero no creo que sean más de diez segundos de nuestro humilde tiempo.
Creo que al que no le interesa, no debe publicarlas y punto. Sino se generaría un movimiento dialéctico: nos volveríamos RRPP de los RRPP. Hay que ser sincero. "No me interesa". Y punto.
Ellos hacen su laburo, nosotros el nuestro.
Todavía creo que quedan cosas por mejorar en nuestro rubro:
-El chequeo de productos.
-Desconfiar un poco más (aunque muchas veces no salgamos del asombro del usuario)
-Encontrar el modo de que el usuario final entienda mejor de qué le estamos hablando y no hacerlo tan críptico.

En fin, puse algunos.
Abrazo, y muy buena la inciativa.

Unknown dijo...

Lucas, yo no diría que son profesiones incompatibles, sino complementarias en algunas ocasiones. Una cosa a tener en cuenta es que la actividad de prensa o relaciones públicas es una rama del marketing, y como tal también iene la función de promocionar, aunque no sólamente.

Sebastián: Creo que mi mirada en este post es bastante mas amplia que el tema gacetillas.
Sobre lo de que cada uno haga su laburo, justamente la idea de Mesa de Ayuda parte de la premisa de que ambos nos necesitamos.Y que sin invadirnos terreno, podamos tomar en cuenta lo que el otro necesita, y contar lo que necesitamos para que desde PR hagan mejor el suyo. de ahí que hacemos hincapié en recatar las "buenas prácticas.

Ricardo G. dijo...

Claro que Meggie tiene razón, es indudable. Y también me parece acertado reconocer a las agencias y los ejecutivos de cuenta que hacen bien las cosas, como Juan Carlos Perelli, Mariana Goldman, Valeria Gravenhorst y otros (ojo, opinión absolutamente personal). El problema es cuando me toca, como me tocó el viernes pasado, que con media hora de diferencia dos ejecutivos junios (no podían ser otra cosa) me llamaron (de una consultora chica y de una grande) para preguntarme no sólo si "había recibido la gacetilla" sino también "si pensaba publicar algo". Con mi mejor buena onda y voluntad les contesté que si conocieran mi medio, se darían cuenta de que yo no publico habitualmente el tipo de noticias que ellos me habían mandado.
El agravante fue que, en el caso de la niña de la agencia grande, la gacetilla tenía casi un mes de enviada (y recibida), y el argumento para llamarme fue "como hace tanto que la mandamos y no había publicado nada"...
En esos momentos uno quiere explotar, pero sabe que lo que hacen estos chicos no es más que lo que les ordenaron que hiciesen. Entonces, para calmar la bronca, a veces uno publica las metidas de pata y no las buenas acciones.
Pero sí, también hay que reconocer cuando el trabajo está bien hecho.