5.6.11

Periodistas sub-24

Para darle sentido a la celebración del Día del Periodista, me pareció oportuno recordar la perversa situación laboral de los periodistas sub-24, también llamados "colaboradores". Se los puede definir así:

- Hacen revistas y suplementos de diarios pero no están encuadrados en el Estatuto del Periodista (Ley 12.908) porque las empresas periodísticas no permiten que lleguen a 24 colaboraciones anuales (condición que el Estatuto fija para adquirir la categoría de "colaborador permanente" y tener relación de dependencia).

- Son considerados proveedores externos por las empresas periodísticas (igual que los proveedores de papel, artículos de limpieza o equipos informáticos).

- Cobran lo mismo desde hace años: su salario no está "enganchado" con los aumentos que obtienen quienes trabajan en relación de dependencia.

- Su salario lo decide unilateralmente quien paga y no pueden negociar porque se arriesgan a que no les den más "colaboraciones".

- No tienen posibilidad de ejercer ningún tipo de reclamo (huelga, paro o lo que sea) por el mismo motivo que el ítem anterior.

- Deben inscribirse en el Monotributo y facturar para poder trabajar: las empresas periodísticas les trasladan los costos laborales.

- No tienen beneficios sociales: aguinaldo, jubilación, vacaciones pagas, salario familiar, días por examen o por enfermedad....

- Son objeto de discriminación ya que, muchas veces, realizan el mismo trabajo que periodistas en relación de dependencia pero no se cumple el principio de "a igual trabajo, igual remuneración".

- No pueden enfermarse: si no, no facturan (léase, no cobran). Lo mismo si se van de vacaciones.

- Deben usar su propia computadora, teléfono y acceso a Internet, y solventar los gastos que estos equipos o servicios generen.

- El Estatuto solo los ampara cuando ya no tienen trabajo, si logran demostrar la relación laboral en el ámbito judicial.

- Y lo peor: son TRANSPARENTES para muchos colegas que trabajan en relación de dependencia y, especialmente, para los delegados y para los gremios, ya que nunca están incluidos en los reclamos y acuerdos salariales, ni hay marchas ni movidas tendientes a que se regularice su situación.

- También son transparentes para el ministerio de Trabajo nacional, ya que las pocas presentaciones realizadas no han sido consideradas.

Bajo este esquema de ¿trabajo en negro? se encuadra más de la mitad de los periodistas de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires (no hay datos del interior del país, pero es una situación generalizada).

Este Día del Periodista no voy a brindar porque las empresas periodísticas entiendan que son partícipes necesarios de esta situación perversa que afecta la calidad de vida de muchos de sus trabajadores, porque sería ingenuo y una pérdida de tiempo.

Tampoco voy a brindar por quienes mencionan esta problemática ante elecciones en el gremio o como parte del repudio a una empresa periodística supuestamente enemistada con el gobierno. De esta forma limitan el tema, porque no es privativo de ningún medio, casi ninguno está exento de colaboradores. Y les suman una burla y una ofensa más al convertirlos en una consigna que no está dirigida a resolver su problemática. Los usan y les faltan el respeto porque hacen demagogia con un tema que atraviesa la vida de muchos colegas y de sus familias.

Sí voy a brindar por quienes pueden cambiar esta realidad. Brindo porque los delegados y los gremios cumplan su rol de representar a TODOS los periodistas y no solo a una porción, porque los legisladores se ocupen de resolver este vacío legal, y porque el ministerio de Trabajo no ignore más el tema, aunque los periodistas no hagan tanto "ruido público" como los tercerizados de otros rubros. Es decir, brindo porque esta injusticia se resuelva en forma "progresista", con más participación del Estado, y no menos.

Y, por supuesto, brindo por los sub-24, que son maltratados tanto por quienes los emplean como por quienes deberían defenderlos.

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