27.8.08

Paren las rotativas

Es una noticia sorprendente, queridos amigos. Fueron años de seguir los avances tecnológicos y las promesas sobre nuevas tecnologías, pero finalmente tanta espera valió la pena:
Gracias a Internet, el roaming, las redes IP y wi-fi, a servicios como el chat, Skype, Livemeeting y otras yerbas, hoy los periodistas tenemos la posibilidad de comunicarnos con las fuentes en cualquier parte del mundo, y hasta en el baño.
Pero, como siempre que se produce un punto de inflexión entre los ciclos de vida de las nuevas tecnologías, hay un interrogante que sobrevuela a esta impresionante evolución, al que todavía nadie ha sabido dar una respuesta concreta:
¿Por qué cuando uno solicita contactar a un vocero para ampliar alguna información, indefectiblemente está toda la compañía de viaje y su área de prensa insiste en que les pasemos las preguntas por e-mail? ¿Eh?

26.8.08

Usar la tecnología o en casa de herrero...


Cada tanto aparece una invitación para asistir a una capacitación para periodistas especializados, y que en tecnología es fundamental estar al día. Ir, escuchar y aprender es fundamental, tanto por la velocidad de los cambios como la complejidad de algunas temáticas en particular.

En general, estas propuestas me parecen geniales y trato de asistir. Sin embrago, el problema, siempre, es el tiempo. O porque hay otras presentaciones o simplementa porque estamos en una semana de cierres. En cualquier caso, siempre la urgencia tapa lo que considero una propuesta más importante, de fondo.

Ahora, ¿esto no podría tener una solución relativamente sencilla? Si las empresas de tecnología usaran -justamente- más la tecnología, podrían para dar esos cursos de manera online, con la ventaja además de que cada periodista lo podría tomar cuando quiera, y estoy seguro que el impacto sería muy superior a jugar con contar 2 horas con un auditorio medianamente ocupado. Y, sin dudas, las soluciones de webcast son mucho más económicas que alquilar un salón, convocar, reconfirmar y destinar recursos a una actividad presencial.

17.8.08

En español, please




Escribí en inglés “por favor” para que entiendan aquellos que no pueden escribir o hablar de un producto o servicio de tecnologías de la información y la comunicación sin incluir o mencionar una palabra en inglés cada tres que utilicen. En nuestro ambiente TIC abundan las palabras inglesas, pero nunca viene mal un poco de respeto por nuestro idioma, el español, el que habla y lee la audiencia de los medios donde trabajamos. Ese respeto no debería incurrir en algunas distorsiones, como la castellanización de algunas palabras (¿alguien escribió alguna vez “cederrón” por “CD-ROM”?), o en otras descriptas en forma genial por Adolfo Bioy Casares en “Diccionario del argentino exquisito”, ese libro de imprescindible lectura en las redacciones, agencias de prensa y departamentos de marketing y comunicaciones. Va un ejemplo, no mencionado en ese libro, pero que usamos con frecuencia: “Incumbente”, vocablo que no existe en el diccionario de la Real Academia Española… pero que los promotores de la competencia en telecomunicaciones pusieron a circular para designar la parte que debería abrirse a la competencia,
Es cierto que muchas veces quienes más incurrimos en este tipo de tropelía con el idioma somos los periodistas. Pero algunos hoy seguimos recordando a un gerente de Telmex cuando describía la “nomadicidad”… o aquellos representantes de empresas u organizaciones que “accesan” en vez de acceder a un recurso o lo que sea...
Si no cuidamos una de nuestras principales materias primas, el idioma español, perderemos parte de nuestra identidad cultural en este mundo, esa identidad que forma parte de unas 400 millones de personas que hablamos y leemos el idioma de Quiroga, Borges, Cortázar y Conti.